lunes, 30 de enero de 2017

Estoy viendo una serie llamada Rebellion. Se sitúa en Irlanda durante uno de los alzamientos más fuertes que encaminaban la nación hacia la independencia: el Alzamiento de Pascua. Tan solo llevo tres capítulos pero ya tengo dentro una mezcla entre tristeza y enfado.
En un momento del tercer capítulo, un rebelde dispara a un soldado inglés que cae al suelo. El compñaero del soldado grita "¿Estás bien Danny?". Danny ha seguido rebotando en mi cabeza mientras los disparos y las explosiones salían de la pantalla. Danny, Danny, Danny... Danny es un nombre, ni siquiera es un tipo de rango dentro del ejército o un nombre en clave. Es un nombre que corresponde con una persona inocente que no merecía morir.
Tiempo después en el mismo capítulo se ve como uno de los protagonistas pierde a un ser querido. Empieza a gritar, a llorar, a aclamar a Jesús, a temblar, hasta que acaba tirado en el suelo con la cabeza entre las manos. Esa persona tampoco quería morir.
¿Y todo por qué? Por los problemas del gobierno. Por problemas que el gobierno no puede solucionar por cuenta propia, problemas de los de arriba que como siempre recaen en los de abajo. Son los ciudadanos inocentes los que pagan esas malas decisiones o los que mueren si dos políticos no se ponen de acuerdo.
Todo es un teatro de la hostia. Los que mandan nos inculcan sus ideas a través de ideologías, campañas, anuncios, libros, artículos y periódicos. Se lo montan de tal manera que consiguen que nosotros defendamos esas ideas, que los defendamos a ellos hasta el punto de dar nuestra vida por ellos. Discutimos, gritamos, nos herimos, morimos, peleamos y batallamos por ellos, mientras ellos escapan del país, se esconden en sus casas acobardados o se meten en búnkers mientras toda la ciudad muere y se destruye.
Ellos gobiernan mal y nosotros los defendemos. Y nosotros morimos.

sábado, 11 de junio de 2016

El feminismo es aquel movimiento que lucha por la igualdad social, política y económica entre hombres y mujeres.
Soy feminista y todos deberíamos ser feministas. 
Sin embargo, algo está funcionando mal porque cada día está siendo más criticado, más polemizado y más ridiculizado. 
El feminismo es muy importante hoy en día porque la mujer es un grupo social excluido. Las violaciones siguen siendo tema de actualidad, los asesinatos de mujeres por su pareja o ex-pareja, el despido por coger la baja de maternidad, la poca influencia de las mujeres en política o administración, etc. El feminismo también es importante para recordar la opresión que ha recibido este colectivo. Durante la dictadura de Franco, hecho que dista de la actualidad tan solo 41 años, la mujer no podía votar, no podía salir sola a la calle, no podía disponer de un trabajo propio ni administrar sus ingresos. El feminismo también es importante para recordar todos estos errores y no volver a cometerlos. 

Hoy en día se lucha por diversos temas. Uno de ellos es la utilización de un término neutro para referirse a los colectivos mixtos, o la modificación del lenguaje español para que deje de ser machista.  Considero ambas iniciativas sumamente importantes. Por ejemplo, "Congreso de diputados" o "Congreso de diputados y diputadas". 
Soy de las que piensan que la realidad se puede cambiar a través del lenguaje, ya que el lenguaje es la base de nuestra expresión y de nuestro pensamiento. Sin palabras no podríamos pensar. Imaginad una manzana sin conocer la palabra manzana. Imaginad que en lugar de manzana utilizásemos palabras comodín como "eso, esto o aquello". Jamás pensaríamos en una manzana. Diputados y diputadas es lo mismo. Utilizando tan solo la palabra "diputado" hacemos ver que la realidad es solo de diputados, muchísimos hombres sentados en las butacas del Parlamento. Si pusiese "Congreso de diputados y diputadas", imaginaríamos a hombres y a mujeres dentro de la sala. 
Referente a la afirmación de que el lenguaje español es machista, tan sólo voy a dejar una imagen para argumentarlo:



No obstante, también se está luchando por una serie de motivos que no comparto ni entiendo. La no-depilación, por ejemplo. 
Muchas mujeres han decidido dejar de depilarse porque se oponen a los cánones de belleza impuestos y a la opresión de los medios. Y me parece estupendo porque las revistas, los programas de televisión, Internet y la sociedad en general han desarrollado un plan de dominio a través de los productos de belleza, las tallas y las medidas que son realmente insoportables. Pero no creo que haya que movilizar colectivos, hacer videos, entrevistas, blogs y libros sobre la no-depilación. No me parece que sea un tema tan importante como por ejemplo, esto: 


Tengo 18 años, he visto ese anuncio dos veces y en ambas se me han puesto los pelos de punta. Esas cosas son las verdaderamente importantes  y por las que tenemos que luchar. Si nosotras, las de hoy, estamos sometidas económica, social y políticamente, hay que concienciar a las pequeñas que no lo consientan. Ellas, mañana, serán mujeres de hoy. 
Hay que enseñarles a ser luchadoras, a respetarse y a hacerse respetar. Que si quieren llevar una camiseta transparente por la calle, que lo hagan por ellas mismas. Que no lo hagan por llamar la atención de los hombres. Si quieren acostarse con 8 tíos, si no quieren hacerlo, si quieren depilarse como si no quieren hacerlo, que lo hagan. Pero no buscando el mérito de otros hombres o de otras mujeres, que lo hagan por ellas mismas. 
Creo fielmente que la educación es un pilar fundamental, y de la misma manera que tenemos que enseñar a nuestras pequeñas, también tenemos que enseñar a nuestros pequeños. No tienen que sentirse obligados a defender a las mujeres porque ellas pueden valerse por sí mismas, que no tienen que hacer nada que ellas no quieran, que un no es un no y no se habla más. 


lunes, 9 de mayo de 2016

Del conocimiento al adoctrinamiento

Antes de seguir leyendo, quiero dejar clara una cosa.
No estoy en contra de ninguna religión, ningún dogmatismo ideológico ni en contra de ninguna relación que tenga que ver con un Dios.
Eso si, tengo mi punto de vista que no suele coincidir con el de la gente que tengo alrededor.
Pero no soy intolerante, no lo soy ni lo he sido nunca.

Hecha esta pequeña nota, hoy vengo a argumentar por qué defiendo una educación desligada de la religión.
En primer lugar, voy a hablar de los colegios que siguen una normativa religiosa.
Si es un colegio que sigue unas creencias muy rígidas, normalmente suele alterar el temario impartido en las aulas en función de sus creencias. De hecho, tuve un profesor que había vivido la siguente experiencia: no pudo explicar el heliocentrismo de Copérnico en un colegio de creencia religiosa extremista porque la dirección así lo impuso, sin dar ningún razonamiento. Argumentar esta decisión sería meterse en una cuestión moral, educativa y legal difícil de explicar.
La mayor parte de estos colegios también hacen una distinción a la hora de organizar las clases, es decir, dividen las clases en chicos y chicas (y pobre del que atreva fisgonear en el recinto del sexo opuesto). Este hecho a veces ni siquiera tiene algo que ver con que sea un colegio religioso o no, pero sigue siento el mismo "delito" social. La distinción de sexos es algo totalmente retrógado que, en la sociedad actual, no tiene ni pies ni cabeza. La sociedad de hoy en día está configurada de manera que ambos sexos viven unidos, mezclados, bajos las mismas leyes, las mismas obligaciones, los mismos derechos y los mismos deberes. ¿Cuál es la posible ventaja de dividir las clases en chicos y chicas? ¿Cual es la diferencia entre ambos? ¿Acaso reciben una educación distinta basada en unas normas morales diferentes?

La educación religiosa es, desde mi punto de vista, someter y limitar el conocimiento a un dogmatismo y coloca a los creyentes en un escalón menos respecto a los que hemos recibido educación pública, en cuanto a conocimiento, aptitudes y desarrollo social.

Por otro lado, voy a hablar sobre la asignatura de "Religión" en los colegios públicos.
Hablando claro, y con la experiencia de haber estudiado en colegios públicos que impartían esta asignatura, en "religión" no se da religión. Siempre se ha tomado como una asignatura comodín en la que se hacen deberes o trabajos, se ponen películas, se habla con los amigos sobre cosas varias o se deja el tiempo pasar, simplemente.
Además, considero que la religión debería limitarse a ser practicada en el ámbito privado, en casa, en familia; no en el instituto o en el colegio.
Estaría muchísimo mejor que  la asignatura de religión fuese "Historia de la religión" y la impartiesen personas preparadas para ello, no orientadas a ninguna doctrina religiosa y que tengan, como objetivo principal ofrecernos cultura. En Bachillerato la quitaría directamente, ya que por alguna razón que no logro comprender, no tenemos ninguna hora semanal de "Tutoria", por lo que los problemas de clase, los conflictos, elegir delegados dar comunicados u organizar cualquier tipo de evento escolar, ocupa la asignatura que toque, y eso con la esperanza de que no estemos desdoblados.

Hay quien me responde diciendo "que cada uno crea en lo que quiera y ya está". Pero no, esa no es la respuesta. Por supuesto que cada uno puede seguir la religión que sea pero limitándonose al ámbito privado, yendo a misa los domingos y rezando por las noches, practicando el Ramadán y haciendo la fiesta del cordero, celebrando el Hanuká o invocando a los dioses de la cultura clásica. Eso no tiene importancia.

Lo que importa de verdad es que esa religión no cruce el límite, y en lugar de enseñar, empiece a adoctrinar.

sábado, 7 de mayo de 2016

¿Pueblo antidemócrata?

"Pueblo antidemócrata" son dos conceptos que no tienen sentido juntos.
He estado más de lo que me gustaría admitir pensando en estos términos, en su significado y en las consecuencia que conlleva que estén tan juntitos.

Voy a aclarar porqué no tienen sentido, desde mi punto de vista, que pueblo antidemócrata exista como concepto político.
El pueblo es el pueblo. El pueblo eres tú, soy yo, y todas las personas que formen una comunidad, normalmente gobernada por un o unos sujetos.
Democracia es el poder en ese pueblo. Quiere decir que ese conjunto de personas, la ciudadanía, tiene la capacidad de elegir sus leyes, sus gobernadores, sus normas, etc.
Por lo que, ser un pueblo que no quiere tener poder y prefiere cumplir una serie de normas impuestas, no tiene sentido. Renunciar a un derecho no tiene sentido.

Pero eh, que este concepto no me lo he inventado. La historia me ha permitido aprender que han existido sociedades antidemócratas. Tal hecho me parecía algo tan absurdo que no lograba comprenderlo del todo. Fue mi clase la que me enseñó que si era posible que existiese un pueblo antidemócrata.

Antes de contar la anécdota que me hizo recapacitar sobre esta idea, os he de poner en situación.
Estoy cursando 2º de Bachillerato, y mi clase está compuesta por dos grupos: uno está estudiando Humanidades y otro Sociales. Cada tipo de bachillerato tiene asignaturas distintas, por lo que es común que nos pongan exámenes en días diferentes.
A lo mejor los de humanidades tenemos el lunes un examen de latín y los de sociales el miércoles de economía.
El problema llegó cuando tuvimos que fechar un examen de filosofía, una asignatura que cursamos ambos grupos. A ninguno nos venía bien ninguna de las dos opciones. Intentamos llegar a un consenso, pero ninguna de las dos partes cedía. Ambos grupos teníamos exámenes importantes en las dos posibilidades. Si poníamos el lunes el examen de filosofía coincidía con el de latín, y si lo poníamos el miércoles coincidía con el de economía. Estuvimos unos 10 minutos gritando (sí, gritando, porque todos queríamos hablar por encima de los otros) nuestras opiniones. Nosotros teníamos el poder de poner el examen el día que mejor nos viniese, éramos una clase demócrata. Éramos, si, en pasado.
Viendo que nuestro pequeño gobierno no llegaba a un acuerdo, alguien dijo "Profe, elije tú el día y ya está"
Y todos le apoyaron.
Y me entristecí.
Vi en mi propia clase, en un grupo del que yo formo parte, un grupo que tenía libertad para elegir, cómo le otorgábamos el poder a un ser "superior" dejando que él decidiese nuestras normas.
Nos volvimos antidemócratas con ese "Elije tú el día" .

Esta anécdota es sólo un ejemplo de cómo si puede existir un pueblo antidemócrata.
Posteriormente me enteré de que en la dictadura de Franco, todos los partidos de ultraderecha que apoyaban aquel sistema político, se llevaban a matar y eran incapaces de ponerse de acuerdo en la mayoría de las cosas. Pero le habían otorgado el poder absoluto a una sola persona que parecía contentar a todo el mundo. Ellos mismos habían aceptado la antidemocracia.

Todo esto son ideas que no suelen gustar cuando las expreso en voz alta y que suelen ser contestadas con un "Ay Celia por favor, qué extremista eres".
Pero ahora pienso una cosa.
¿Qúe pasa con la España actual?
Nos encontramos en un período convulso en el que cuatro partidos políticos están luchando por el poder. Se reúnen, hablan, pero no se ponen de acuerdo. No tienen ni idea de como salir de esta situación porque no hay un ser "superior" que les diga lo que deben hacer.
Todavía.

miércoles, 4 de mayo de 2016

¿Alguien puede abrir?

4 de Mayo de 2016.
Ha empezado el mes que todos los alumnos de 2° de Bachillerato tememos. Este contexto temporal debe tenerse en cuenta para leer la siguiente historia.

Tengo examen de Historia del Arte y es, ya de por si, estresante. La materia es muy densa y no hay forma alguna de facilitar el estudio. He pasado los últimos 5 días frente a los apuntes y esta noche he dormido bastante mal. Diciendo que me despertaba de madrugada y empezaba a hacer esquemas mentales del Renacimiento y el Barroco, es suficiente para ejemplificar mi enajenación mental.
Además, el profesor no es que haga su trabajo de forma excelente, por lo que todo se vuelve tres veces más insoportable de lo que ya es.

Segunda hora de un miércoles cualquiera. Examen de los dos temas más largos del curso.
Faltan 25 minutos para entregarlo. Un examen que, por cierto, está programado para una hora y media y tenemos que hacerlo en una hora.
Un profesor llama a la puerta, y el nuestro, el de Historia del Arte, que se encuentra cómodamente sentado en su silla tecleando en el ordenador, dice:

- ¿Alguien puede abrir?

¿Alguien puede abrir? ¿Que si alguien puede abrir? ¿Estás preguntando enserio si alguno de los alumnos que se están jugando en este examen la nota del curso, puede abrir, mientras tú tecleas en el ordenador y ni siquiera estás pendiente de nuestras dudas o de los que sacan el móvil "inocentemente"?

Y un compañero de la fila de al lado, que al parecer puede abrir, se levanta y abre.